El jueves 21, el cielo nocturno será testigo de la última Superluna del 2019, fenómeno en el que además de que el satélite natural de la Tierra está en su fase llena, también se encuentra a la distancia más cercana. Una superluna que no se ve desde hace casi 40 años.
Una superluna se ve un 14% más grande y un 30% más brillante que una luna llena normal, aunque la diferencia es difícil de distinguir a simple vista.
La primavera llega este miércoles al hemisferio norte del planeta con una luminosa compañera: la tercera y última superluna llena del año. Lo llamativo de esta superluna es precisamente la coincidencia con el equinoccio de primavera y de otoño (en el sur), algo que no sucedía desde hace casi 40 años, en 1981.
Luna... ¿de gusano?
La llamada "luna de gusano" ya se puede apreciar desde algunos lugares de la Tierra, pero el momento de mayor visibilidad se dará poco después del inicio oficial de la primavera en el hemisferio norte y del otoño en el hemisferio sur, que se produce este miércoles a las 21:58 GMT.
"Luna de gusano" se refiere a la primera luna llena de marzo en referencia al deshielo primaveral en el hemisferio norte que libera gusanos en el terreno. Pero también tiene otros nombres, como "luna de cuervo" (los graznidos de los cuervos indican el final del invierno) o "luna de savia o de azúcar" (para marcar el inicio de la temporada de jarabe de arce).
El viejo almanaque de los campesinos nativos de Norteamérica empezó a poner nombres a las lunas llenas en la década de 1930.
Algunos escritores vinculan dichos nombres a los meses de nuestro calendario moderno, pero también es posible que estén asociados a las estaciones del año.