Esta propuesta está tomando fuerza, es un modelo de Consumo Colaborativo (CC) que replantea los actuales paradigmas económicos y sociales a muchos niveles. Los avances tecnológicos propician el auge de las redes sociales que establecen un ambiente favorable para que florezca nuevas formas de organización e intercambio.
En la web Consumo Colaborativo se define como “la manera tradicional de compartir, intercambiar, prestar, alquilar y/o regalar re-definida a través de la tecnología y las comunidades...
Ya conocemos la lógica del hiperconsumo en la que se basa actualmente la economía y las sutiles manipulaciones a las que la publicidad nos tiene acostumbrados. El “Consumo Colaborativo” también es conocido como “Economía Colaborativa”.Si no, documentales como “Comprar, tirar, comprar” o “Story of Stuff” nos serán muy útiles a la hora de entender el problema que representa para la sostenibilidad a largo plazo del planeta y sus recursos. En este contexto, el CC pretende estimular un verdadero cambio en los hábitos de consumo, y esta característica implicaría también modificaciones en los esquemas de producción actuales. Reduces la producción y reduces los desechos, por lo que es innegable que el CC promueve un modelo de economía más sostenible y amigable con el medio
El reto de inventar otro tipo de sociedad.
Este tipo de consumo pretende instalarse en nuestros hábitos diarios. El cc, de alguna manera, desafía al usuario y a sus hábitos de consumo, busca un cambio de mentalidad. Busca fomentar la colaboración en detrimento del consumo acumulativo e individualista.
Originalmente, el término fue acuñado por Marcus Felson y Joe L. Spaeth en 1978 pero se empezó a popularizar a partir de un artículo de Ray Algar en 2007. Aunque ha sido el libro de Rachel Botsman y Roo Rogers, What’s Mine Is Yours: The Rise of Collaborative Consumption (Lo que es mío es tuyo: el auge del Consumo Colaborativo, 2010) el que se ha situado como referencia de este movimiento.
Desde luego será interesante ver cómo consiguen implantarse los proyectos de CC para que prosperen y trasciendan al día a día del consumidor. El mayor reto que tiene por delante es el de promover un cambio de conciencia a la hora de consumir y comprar, y anteponer en muchos casos las dinámicas colaborativas a la posesión individual.